jueves, 20 de noviembre de 2014

Las palabras oscuras.

Vacío, frustración, soledad, pena...
Palabras llenas de tristeza. pero también llenas de verdad.
Palabras que pesan, que luchan con hundirte.
Palabras que causan que hasta lo mas fácil este en la cima del mundo y no puedas ni olerlo.

Somos portadores de palabras que duelen, que no se van, que se quedan dentro para recordarte que no puedes bajar la guardia, que se van a aprovechar a la mínima para aparecer, y cambiar tu rostro a algo oscuro e infranqueable.

Cuando esas palabras ganan, no hay nada que te remonte, solo puedes dejarte caer por el olvido, el recuerdo, y desplomarte sobre las afiladas cuchillas del arrepentimiento.

Duras las palabras que salen de alguien cuando esta abajo, pensará alguien que está arriba, pero lo que sabe es que estando arriba sabe lo que siente el que está abajo, y sabe que tarde o temprano el también estará ahí.

Debemos aprender a querer a esas palabras, a cuidarlas, a respetarlas, a no ignorarlas, porque son rencorosas y cuando te despistas están esperando para acaparar tu energía.

Esas palabras no son malas por ser malas, serán malas si tu dejas que lo sean.

Ciertamente, hay cosas extremadamente preciosas que ocurren en la oscuridad, hay momentos inolvidables que comienzan con lagrimas, y actos y consecuencias que cambian tu vida porque una de esas palabras inundó tu corazón...

El mundo es confuso y oscuro, cruel y despiadado, pero a la vez bello y dulce.


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